jueves, 28 de abril de 2016

El piropo, machista


¿Qué es un piropo? Según la RAE, un piropo es "un dicho breve con que se pondera alguna cualidad de alguien, especialmente la belleza de una mujer". Como podemos ver, el piropo se le atribuye a la mujer, lo que hace que podamos considerarlo como algo machista. Alguna vez he escuchado a algún hombre decir "No sé por qué les molesta tanto a las mujeres que les eches un piropo, si es algo bueno". En cuanto a esto, he de decir que hay piropos y piropos. Pero, si tan bueno es, ¿por qué no se les echan piropos a los hombres? ¿Por qué cuando una mujer lo hace se la tacha de promiscua o barriobajera?

A una mujer no le gusta que le digan piropos porque normalmente, por no decir siempre, los dice un hombre que no conoce, y además, en público. ¿Por qué molesta tanto? Porque es una muestra de la mentalidad que prevalece en nuestra sociedad, una mentalidad machista que otorga al hombre el derecho a evaluar a una mujer (en especial su físico) públicamente, sin consideración a si a ella puede o no apetecerle oír esa evaluación.

¿Significa esto que alabar a una persona es malo? Por supuesto que no, decirle a una persona a la que quieres, con la que tienes una relación, que te parece guapa, puede ser otra cosa muy distinta, nada que ver con lo comentado anteriormente. La prueba de ello está en que eso lo puede hacer cualquier persona a cualquier otra, al margen de su sexo. Decirle a una persona con la que te relacionas que te gusta es algo del ámbito de las relaciones humanas íntimas, y no tiene nada que ver con los piropos. Los piropos se usan para consolidar la masculinidad de quien los dice y mantener el tópico de que las mujeres están ahí para alegrarles la vida a los hombres.

El piropo lo que hace es clasificar a las mujeres en "tías buenas" y "feas", según el criterio de cualquier hombre. Las personas con una mentalidad machista no entenderán por qué es una muestra denigrante "piropear", ya que ¿cómo es posible que a alguien no le guste que un desconocido le juzgue por su físico y, además, le ponga una etiqueta? ¿Cómo no te puede gustar tener el "honor" de ser etiquetada como una "tía buena"? No lo pueden ver como algo machista porque no saben lo que es el machismo.

Hoy en día la sociedad en la que vivimos se las da de moderna, cuando en realidad todavía nos falta muchísimo recorrido para llegar a la igualdad de sexo. Este problema no ha desaparecido, ha evolucionado, al igual que nosotros. Es como un virus al que intentas atacar con antibióticos y al final se vuelve inmune a ellos, se adapta; y es que, el machismo está muy presente en la vida que nos rodea en forma de micro-machismo: el cine, la publicidad, el marketing, los videojuegos, el porno...el machismo sigue ahí.

En mi opinión deberían dar más charlas sobre sexismo y violencia de género en los colegios y a edades más tempranas. Si miramos a los adolescentes de hoy en día, podemos ver claramente la misma mentalidad machista que existía hace 80 años. Esto es una muestra de que la sociedad quiere creer que avanza, pero en realidad, solo hay un avance "hipócrita". Se supone que todo el mundo sabe que pegar a alguien es malo y viéndolo desde fuera está todo muy claro, por eso creemos que no somos machistas, porque pensamos que sabiéndonos la teoría es suficiente. No basta solo con eso, hay que ponerlo en práctica y hay que hablar más sobre ello. Yo veo que durante nuestra vida escolar no invertimos mucho tiempo en hablar sobre este tema. Debemos tener unas bases estables para poder empezar a construirlo todo. 

Daniela Bustos, 2º Bachillerato A

lunes, 18 de abril de 2016

Impresión, sol naciente




El sol, tiñendo el firmamento de escarlata mientras se alza, como cada mañana. Barqueros, solitarios en medio del mar, en calma. La bruma, que impide una visión plena del entorno. Simplemente belleza, eso es lo que consigue plasmar Claude Monet mediante pinceladas libres, aunque firmes al mismo tiempo. Cada pincelada tiene su propósito, cada trazo ha sido concebido con un fin y un significado. La obra, conjunto de todas estas pinceladas, nos cuenta una historia.

La vida es una obra de arte, como un cuadro. En el fondo, estos dos conceptos no distan tanto como una superficial reflexión pueda percibir. Ambos son manifestaciones de una historia que desea ser contada, que desea ser vivida.

A diferencia de lo que sugiere el sentido común, un cuadro no empieza con la primera pincelada, ni mucho menos. Monet no empezó la Impresión con el primer trazo sobre el lienzo. Un cuadro no nace siendo un cuadro, nace siendo una idea. Esa idea, por muy buena que sea, no puede ser una obra de arte, no se puede plasmar en un lienzo, no todavía. La idea debe madurar, enriquecerse y prepararse, en lo semejante a la infancia de una persona.

Luis María Jesús Arriola nació el 30 de diciembre de 1928. Su padre, también Luis Arriola, les crió a él y a sus hermanos en Ondarroa, un pequeño pueblo costero entre Bizkaia y Gipuzkoa. Su padre era el médico del pueblo, rasgo que conscientemente o inconscientemente marcó a su hijo.

Luis pasó las primeras dos décadas de su historia en aquel pueblo, en el que caracterizaría su personalidad. Sus padres, sus profesores, sus amigos, el entorno que lo rodea… Todo influencia a Luis. Al igual que su persona se iba definiendo durante esta etapa, Monet talló su idea en un conjunto coherente de elementos que quería incluir en su historia: el sol, la barca, e incluso el mar. El mismo mar que Luis adoraba, al cual se afianzó de pequeño y no soltó hasta el fin de sus días.

Sin embargo, llega un momento en el que la idea ya ha sido perfeccionada en el que la idea ya está lista. Saber que ese momento ha llegado es una virtud y empezar con la obra es el único camino posible.

Ese día llega en 1946, con la mayoría de edad. Por una parte, el estado le llama, debe instruirse militarmente. Por otro lado, debe expandir su conocimiento, debe estudiar en la universidad. Ambas cosas requieren que Luis salga de Ondarroa, que abandone el puerto. No obstante, ambos caminos le llevan a un mismo destino: Santiago de Compostela. Allí sería donde, cual Monet, daría las primeras pinceladas a su vida. Este viaje es un punto de inflexión, donde su vida pasa de preparación a acción.

Luis compaginaría sus clases en la facultad de medicina con su adiestramiento militar durante su estancia en Santiago. Sin embargo, si se le hubiera preguntado, ni la gratitud de convertirse en doctor ni la satisfacción de surcar los cielos como piloto español serían sus instantes favoritos. Ese tiene nombre y apellido: Minucha Torres, hoy en día conocida como Sra. Arriola.

Minucha es el sol de la Impresión, es una pincelada clave en la vida de Luis. En una callejuela del casco viejo de Santiago pasó de ser desconocida a amante, en los cielos (dentro de un planeador) de amante a prometida, en la iglesia de Ondarroa de prometida a esposa, y desgraciadamente, en la policlínica de Donostia, de esposa a viuda.

Sus caminos se juntaron en Santiago y continuaron hasta Ondarroa. Allí vivirían un par de décadas más, donde él se hizo su hueco como DonLuis, el médico del pueblo.

A estas alturas de su vida, Luis ya ha acabado la primera capa del óleo. Llegado a este punto, continuar pintándola es en vano. Debe dejarla secar y empezar con la segunda capa.

Minucha, Beatriz, Paloma, Luis María y Ricardo. Estas cinco personas componen grandes elementos de su cuadro, su descendencia. A partir de este momento, su vida no se enfoca en sí mismo, gira en torno a ellos. Tal es su devoción que se mudaría a San Sebastián por ellos, aunque DonLuis no abandonase su puesto de trabajo en Ondarroa.

Por otro lado y al igual que Claude Monet cuida de su mar, Luis cuida del suyo. Un solar en un escondido pueblo costero de Galicia sería el cimiento de su futura residencia de verano, frente al mar. Allí invertiría parte de sus ahorros en la “Saeta”, una gamela moteada antecesora de otras cinco embarcaciones marinas de diversa índole.

Desgraciadamente, poco a poco, trazo a trazo, el cuadro va completándose y este reclama su punto final: la firma de Monet. El 17 de mayo de 2001, el cáncer llama a la puerta de DonLuis, pero esta vez el cáncer se suyo. La aparente simplicidad de la enfermedad no es más que un mero engaño. Ya extendido por todo su cuerpo, un cáncer de origen desconocido pone fin a su vida al día siguiente.

No obstante, un cuadro no se acaba con la última pincelada. Y una vida tampoco. Hoy en día, “Impresión, sol naciente” está expuesto en el museo Marmottan Monet de París. A 800 km, Luis María Jesús Arriola descansa en Ondarroa, en el mar, en el único lugar a donde siempre perteneció. Claude Monet no ha retocado su cuadro en los últimos 150 años y la vida de Luis sigue igual que cuando la dejó hace 15.

Sus historias ya han llegado a su fin, sus vidas no. Cualquiera puede ir a verles. Cualquiera puede hablar sobre ellos. No sé si la vida de mi abuelo fue impresionante, pero sé que se merece que le pinten una obra de arte.                                                           
                                                                                                                           Luis Arriola 1ºBach. C

lunes, 14 de marzo de 2016

El machismo





Google califica el machismo como la “actitud o manera de pensar de quien sostiene que el hombre es por naturaleza superior a la mujer” pero en mi opinión no es únicamente eso. Es el hábito que tiene la sociedad de inferiorizar a la mujer. Es la manera en la que somos tratadas por el simple hecho de ser mujeres. Muchos dirán que soy una exagerada y que el machismo no es tan fácil de ver hoy en día, sin embargo, desgraciadamente lo es.


Veo el machismo en el mero hecho de que mi abuela únicamente le pregunte a mi padre a ver si quiere repetir cuando estamos sus 4 nietas en la mesa. Es simplemente un hábito, pero es increíblemente machista, aunque ella no sepa verlo porque así es como ha sido educada.

Veo el machismo en los roles que se nos dan desde niños. Los niños se van a jugar, a disfrutar, mientras que a las niñas se nos compran juegos de cocinitas, barbies, bebés o maquillaje, para que desde bien pequeñas tengamos claro cuál quieren que sea nuestro papel en la sociedad. Son simplemente juguetes, pero una vez más, son machistas.

Veo el machismo en el lenguaje, porque algo genial es cojonudo, pero algo aburrido es un coñazo, ser un zorro es ser astuto, pero ser una zorra es ser una puta, ser atrevido es ser valiente, pero ser atrevida es ser una maleducada, ser machista es pensar que eres superior a la mujer, pero ser feminista es ser lesbiana. Son simplemente palabras, pero las utilizamos a diario sin darnos cuenta de la gran connotación machista que poseen.

Veo el machismo en el sueldo de cada una de las mujeres españolas, que haciendo el mismo número de horas que un hombre en un mismo puesto de trabajo, ganará un 20% menos. Es simplemente dinero, el problema es que no se sobrevalora el trabajo del hombre, sino que se infravalora el de la mujer.
 Veo el machismo en los carteles de discotecas que tratan a las mujeres como objetos. Carteles que dicen “chicas gratis hasta las 2” con el único objetivo de utilizarnos para atraer chicos mediante los cuales harán su fortuna, no penséis que tratan de hacernos ningún favor. Es simplemente un cartel, pero es un cartel que nos convierte en productos.

Podría seguir escribiendo sobre situaciones diarias en las que veo machismo durante horas, sin embargo, prefiero escribir sobre lo triste que me parece seguir viendo todas estas situaciones, pero resulta que me parece más triste aún el hecho de que nosotros no hayamos cambiado en absoluto, nuestra manera de pensar sigue estando en el siglo XX, y la de muchos en el XIX. Va siendo hora de cambiar.


Paula Berraondo 1ºBach.B

domingo, 28 de febrero de 2016

El órgano y sus entresijos




Estos últimos día hemos sido deleitados por un instrumento único, bien llamado el rey de los instrumentos; es decir, el órgano. Durante dos viernes, Fernando y Ana se ofrecieron a informarnos sobre el funcionamiento de este extraño pero común instrumento. Es cierto que lo hemos visto y oído varias veces. Sin embargo, lo que en dos día hemos descubierto han sido las entrañas y el origen del instrumento más grande del mundo.
Eran raros los datos que nos contaban en la primera hora, pero al mismo tiempo eran lógicos. Aprendimos el funcionamiento de las tripas, los tipos de tubos, sus sonidos, su evolución y su secreto. Todo esto, contado de una forma amena y con utensilios que facilitaban su comprensión.
El siguiente día ya fue más práctico. En la iglesia nos mostraron los distintos sonidos del órgano, sus entrañas y la complejidad de su uso. Verdaderamente, son muchos los años  necesarios para aprender a tocar este piano de viento enrevesado.
Respecto a los factores que hicieron la experiencia inolvidable, se puede decir que el lenguaje que utilizaron era cercano, y los ejemplos y las demostraciones prácticas ayudaron a comprender la materia. Es verdad que no había mucho tiempo para preguntar, pero no era necesario ya que te dejaban todo muy claro. Todo esto volvió esas dos horas en un tiempo agradable de aprendizaje.


Lorena Gil. 3. DBH E

jueves, 25 de febrero de 2016

Un mundo controlado por robots




Está muy vista la típica película en la que unos robots se rebelan contra los humanos y dominan el mundo. Muchas veces nos hemos llegado a preguntar si esto podría suceder algún día, pero no nos paramos a pensar si está actualmente ocurriendo. ¿Qué pasaría si de repente todos los aparatos electrónicos de la Tierra se apagaran para siempre? ¿Acaso no estamos condicionados por ellos en nuestro día a día?

Hoy en día, prácticamente todas las personas de un país desarrollado poseen ordenador, teléfono móvil o televisión. Estos inventos han supuesto un gran avance y han aportado mayor comodidad a nuestras vidas, pero poco a poco se han ido infiltrando en nuestros espacios personales, invadiendo nuestra privacidad. Esto se ve claramente en el tiempo empleado en la tecnología: ¿cuántas veces se han quejado nuestros padres de que ellos a nuestra edad salían mucho más a la calle, que no veían tanto la televisión o que no tenían “maquinitas”?

Por otra parte está Internet, un invento tan fabuloso que ya nadie sabría cómo vivir sin él. Es verdad que gracias a esta enorme colección de conocimientos tareas cotidianas como los trabajos escolares se han facilitado considerablemente. No obstante, la misma herramienta provee a los menores sin ninguna dificultad de material inadecuado y, a veces, hasta dañino. Las redes sociales también nos dan la oportunidad de conocer más gente y estar en contacto con nuestros amigos en cualquier parte del globo; pero hay que estar atento, pues muchos usuarios esconden una identidad falsa en la que no debemos confiar bajo ningún concepto. De todos modos, numerosos estudios han demostrado que la gente emplea demasiado tiempo en Internet.

En conclusión, creo firmemente que las nuevas tecnologías son un aspecto positivo en nuestras vidas siempre y cuando sepamos controlar su uso adecuadamente y no generar dependencia excesiva, pues ciertamente es una gran contradicción que en un mundo en el que se ensalzan las libertades y los derechos se viva esclavizado por las nuevas tecnologías.

Santiago Cancio, 4º ESO C

¿Libros digitales o en papel?


Hasta hace unos pocos año la única manera de leer un libro era obteniendo uno, ya fuese comprándolo, cogiéndolo en la biblioteca o pidiéndoselo a un amigo, pero hoy en día tenemos los e-books y otros inventos como las tablets en los cuales podemos leer nuestra novelas en un formato Pdf.

¿Es mejor leer un libro físico o un libro electrónico? En mi opinión no hay duda, el libro en papel es la mejor manera de disfrutar de nuestras historias. Además hay otras razones para apoyar esta idea, las cuales veremos más adelante.

Una práctica muy extendida a la hora de conseguir Pdf’s para los e-books es conseguirlos gratis utilizando métodos ilegales. Esto hace que las editoriales y escritores no se lleven beneficios por sus publicaciones y pueden acabar en quiebra. Según unos datos publicados este año está previsto que el 20% de las editoriales de nuestro país cierren debido a las prácticas mencionadas anteriormente. Como ejemplo de esto tenemos la editorial “Darkiss” que cerró hace tan sólo unos meses debido a la falta de beneficios a pesar de que sus libros suelen encabezar las listas de: “los libros más leídos”.

A pesar de que a la largo los libros impresos resulte más caros, los e-books afecta y dañan nuestra vista por lo que un precio superior merecería la pena si quieres mantener lo mejor posible tu vista.

Otro punto a su favor, a pesar de ser una opinión personal, es que n hay nada más satisfactorio que ver cómo vas llenando tus estantería y librerías con tus tesoros de papel.

Mi conclusión es que los libros en papel no sólo decoran una habitación, también son importantes en la economía de las editoriales y escritores y mejores para nuestra salud.

Claudia Olañeta, 4º ESO C

sábado, 13 de febrero de 2016

Una tarde en Nueva York








Era un día de diciembre en el que justo después de salir del café Cigars me senté en un banco fuera para contemplar el panorama de aquella tarde de la elegante Nueva York.

Las hambrientas palomas trataban de buscar cualquier trozo de comida con el que poder alimentarse en la pisada y sucia nieve que cubría los suelos, por la que pasaban coches y trenes, llenos de gente apresurada que iba a comprar el pavo de Navidad.
Los árboles del parque parecían tener luz propia, ya que las farolas se escondían entre sus hojas amarillas, naranjas e incluso rojas de aquel largo otoño que se adentraba en el invierno, donde también las palomas reposaban en sus frondosas ramas, observando dónde podían pelear por su pan diario correspondiente.
Oí el trote de un caballo pisando la nieve, llevando un no muy elegante carruaje. Al dar la vuelta a la esquina el carruaje, la hermosa bandera de Estados Unidos comenzó a ondear ferozmente por la fuerte ráfaga de viento que necesitaba cruzar por donde estaba la bandera.
Justo enfrente de la bandera se encontraba una elegante farola que parecía cansada ya que se dejaba caer, en ella reposaba lo que parecía un nido artificial de pájaros.
La cámara indicó con un clic que ya había capturado el momento en imagen, por lo que podría plasmar mis sensaciones vividas aquella tarde en un cuadro, más adelante, cuando tuviera el tiempo necesario.

Leire Antía DBH 3E