domingo, 28 de febrero de 2016

El órgano y sus entresijos




Estos últimos día hemos sido deleitados por un instrumento único, bien llamado el rey de los instrumentos; es decir, el órgano. Durante dos viernes, Fernando y Ana se ofrecieron a informarnos sobre el funcionamiento de este extraño pero común instrumento. Es cierto que lo hemos visto y oído varias veces. Sin embargo, lo que en dos día hemos descubierto han sido las entrañas y el origen del instrumento más grande del mundo.
Eran raros los datos que nos contaban en la primera hora, pero al mismo tiempo eran lógicos. Aprendimos el funcionamiento de las tripas, los tipos de tubos, sus sonidos, su evolución y su secreto. Todo esto, contado de una forma amena y con utensilios que facilitaban su comprensión.
El siguiente día ya fue más práctico. En la iglesia nos mostraron los distintos sonidos del órgano, sus entrañas y la complejidad de su uso. Verdaderamente, son muchos los años  necesarios para aprender a tocar este piano de viento enrevesado.
Respecto a los factores que hicieron la experiencia inolvidable, se puede decir que el lenguaje que utilizaron era cercano, y los ejemplos y las demostraciones prácticas ayudaron a comprender la materia. Es verdad que no había mucho tiempo para preguntar, pero no era necesario ya que te dejaban todo muy claro. Todo esto volvió esas dos horas en un tiempo agradable de aprendizaje.


Lorena Gil. 3. DBH E

jueves, 25 de febrero de 2016

Un mundo controlado por robots




Está muy vista la típica película en la que unos robots se rebelan contra los humanos y dominan el mundo. Muchas veces nos hemos llegado a preguntar si esto podría suceder algún día, pero no nos paramos a pensar si está actualmente ocurriendo. ¿Qué pasaría si de repente todos los aparatos electrónicos de la Tierra se apagaran para siempre? ¿Acaso no estamos condicionados por ellos en nuestro día a día?

Hoy en día, prácticamente todas las personas de un país desarrollado poseen ordenador, teléfono móvil o televisión. Estos inventos han supuesto un gran avance y han aportado mayor comodidad a nuestras vidas, pero poco a poco se han ido infiltrando en nuestros espacios personales, invadiendo nuestra privacidad. Esto se ve claramente en el tiempo empleado en la tecnología: ¿cuántas veces se han quejado nuestros padres de que ellos a nuestra edad salían mucho más a la calle, que no veían tanto la televisión o que no tenían “maquinitas”?

Por otra parte está Internet, un invento tan fabuloso que ya nadie sabría cómo vivir sin él. Es verdad que gracias a esta enorme colección de conocimientos tareas cotidianas como los trabajos escolares se han facilitado considerablemente. No obstante, la misma herramienta provee a los menores sin ninguna dificultad de material inadecuado y, a veces, hasta dañino. Las redes sociales también nos dan la oportunidad de conocer más gente y estar en contacto con nuestros amigos en cualquier parte del globo; pero hay que estar atento, pues muchos usuarios esconden una identidad falsa en la que no debemos confiar bajo ningún concepto. De todos modos, numerosos estudios han demostrado que la gente emplea demasiado tiempo en Internet.

En conclusión, creo firmemente que las nuevas tecnologías son un aspecto positivo en nuestras vidas siempre y cuando sepamos controlar su uso adecuadamente y no generar dependencia excesiva, pues ciertamente es una gran contradicción que en un mundo en el que se ensalzan las libertades y los derechos se viva esclavizado por las nuevas tecnologías.

Santiago Cancio, 4º ESO C

¿Libros digitales o en papel?


Hasta hace unos pocos año la única manera de leer un libro era obteniendo uno, ya fuese comprándolo, cogiéndolo en la biblioteca o pidiéndoselo a un amigo, pero hoy en día tenemos los e-books y otros inventos como las tablets en los cuales podemos leer nuestra novelas en un formato Pdf.

¿Es mejor leer un libro físico o un libro electrónico? En mi opinión no hay duda, el libro en papel es la mejor manera de disfrutar de nuestras historias. Además hay otras razones para apoyar esta idea, las cuales veremos más adelante.

Una práctica muy extendida a la hora de conseguir Pdf’s para los e-books es conseguirlos gratis utilizando métodos ilegales. Esto hace que las editoriales y escritores no se lleven beneficios por sus publicaciones y pueden acabar en quiebra. Según unos datos publicados este año está previsto que el 20% de las editoriales de nuestro país cierren debido a las prácticas mencionadas anteriormente. Como ejemplo de esto tenemos la editorial “Darkiss” que cerró hace tan sólo unos meses debido a la falta de beneficios a pesar de que sus libros suelen encabezar las listas de: “los libros más leídos”.

A pesar de que a la largo los libros impresos resulte más caros, los e-books afecta y dañan nuestra vista por lo que un precio superior merecería la pena si quieres mantener lo mejor posible tu vista.

Otro punto a su favor, a pesar de ser una opinión personal, es que n hay nada más satisfactorio que ver cómo vas llenando tus estantería y librerías con tus tesoros de papel.

Mi conclusión es que los libros en papel no sólo decoran una habitación, también son importantes en la economía de las editoriales y escritores y mejores para nuestra salud.

Claudia Olañeta, 4º ESO C

sábado, 13 de febrero de 2016

Una tarde en Nueva York








Era un día de diciembre en el que justo después de salir del café Cigars me senté en un banco fuera para contemplar el panorama de aquella tarde de la elegante Nueva York.

Las hambrientas palomas trataban de buscar cualquier trozo de comida con el que poder alimentarse en la pisada y sucia nieve que cubría los suelos, por la que pasaban coches y trenes, llenos de gente apresurada que iba a comprar el pavo de Navidad.
Los árboles del parque parecían tener luz propia, ya que las farolas se escondían entre sus hojas amarillas, naranjas e incluso rojas de aquel largo otoño que se adentraba en el invierno, donde también las palomas reposaban en sus frondosas ramas, observando dónde podían pelear por su pan diario correspondiente.
Oí el trote de un caballo pisando la nieve, llevando un no muy elegante carruaje. Al dar la vuelta a la esquina el carruaje, la hermosa bandera de Estados Unidos comenzó a ondear ferozmente por la fuerte ráfaga de viento que necesitaba cruzar por donde estaba la bandera.
Justo enfrente de la bandera se encontraba una elegante farola que parecía cansada ya que se dejaba caer, en ella reposaba lo que parecía un nido artificial de pájaros.
La cámara indicó con un clic que ya había capturado el momento en imagen, por lo que podría plasmar mis sensaciones vividas aquella tarde en un cuadro, más adelante, cuando tuviera el tiempo necesario.

Leire Antía DBH 3E

martes, 9 de febrero de 2016

El fin del principio y el principio del fin






Todo empieza con un final. El hielo al derretirse significa el comienzo del calor y el despertar de una estrella indica el inicio de la luz. Somos capaces de cerrar muy rápidamente un libro, pero es aún mejor empezar uno nuevo. Tropezar y caer es muy sencillo, siendo levantarse lo complicado. 


Generalmente, despedirse de algo para siempre no es fácil. Sin embargo, es algo más llevadero al pensar de la siguiente manera: siempre que cierras abres, siempre que borras corriges, siempre que das recibes, siempre que pierdes ganas, siempre que finalizas, simplemente comienzas. 

Una de las cosas que más me gustan de este mundo son los comienzos. La incertidumbre de no saber lo que nos deparará el día a día, las nuevas cosas que aprenderé y las nuevas amistades que crearé. Adoro, de todas las formas posibles de adorar, las diferentes sensaciones que me produce descubrir lo no conocido. Básicamente por no saber ni cómo, ni cuándo, ni por qué ocurrirá. 

Me gustan también por experimentar ese inexplicable cosquilleo que se me forma en el estómago, mezclado con el ansia de conocer un poquito más del mundo. Porque la vida nunca deja de sorprendernos ni de obsequiarnos con nuevos regalos. Pero, sobre todo, me gustan porque los comienzos son los momentos en los que un final parece imposible.

                                                                                              Ainara Garmendia 1ºBach.B

viernes, 5 de febrero de 2016

SAPERE AUDE



Hitler, Stalin, Mussolini, Franco…completan  una interminable lista de feroces dictadores que hoy en día inmediatamente relacionamos con la barbarie, la soberbia, la injusticia, pero que en su momento tuvieron un enorme apoyo. Gran parte de los ciudadanos les adoraban, les tenían en un pedestal; los ideales fascistas y totalitarios eran su causa, la razón por la que peleaban todos los días, a veces incluso hasta la muerte. ¿A qué se debe este cambio de pensamiento en un lapso de tiempo tan breve? ¿Cual es la línea que separaba aquello tan bueno de lo horrendo de hoy en día?

Creo que la respuesta es de las más fáciles que he podido dar nunca: la ignorancia. En aquella época en la que los pueblos alemanes e italianos estaban completamente humillados, en la que los rusos veían un rayo de luz al final del túnel con el comunismo, en la que España estaba completamente dividida, los ciudadanos no se preocupaban ni un instante de observar la forma de actuar de sus gobiernos, el fin justificaba los medios. Los disparos acallaban las palabras, el diálogo quedaba sumido bajo una violencia extrema. A las personas parecía no importarles el holocausto, las bombas atómicas; aquel falso patriotismo lo justificaba todo, era la razón por la que las personas estaban completamente ciegas, ciegas de sentimientos, de empatía, de mano izquierda.

Era muy bonita la historia que querían escuchar. Hitler elevaría a lo más alto la raza aria que estaba siendo corrompida, Musolinni conseguiría recuperar aquel glorioso reino que Julio César conquistó bajo el “Veni, Vidi, Vici”, Franco traería la unidad, y Stalin daría al pueblo el poder que tanto ansiaba. Todo esto, en un contexto de una absoluta falta de valores, en la que las personas se aferraban al primer rayo de esperanza que veían. Como ya he dicho antes, esa ansia de bienestar de la población impedía ver la brutal represión con la que las protestas eran respondidas, impedía ver que podía existir más de una respuesta válida para una misma pregunta.

Hoy en día, una vez abiertos los ojos, una vez abandonada la ignorancia, ya nos hemos dado cuenta de lo que esas “personas” supusieron para la raza humana. Por ello, me parece esencial que las sucesivas generaciones sean informadas de lo que estos dictadores hicieron, para que no se queden en alguna frase patriótica o idealista que en algún momento pronunciaron, para que sean capaces de llegar a lo más profundo de lo que proponían, y sepan valorar, aunque sea penosa, la democracia en la que vivimos. Ya que, como alguien dijo una vez: “los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla”.

Ion Elustondo, 2º Bachillerato D


miércoles, 3 de febrero de 2016

¿ALGUNA VEZ ALCANZAREMOS LA CIMA?



Una nueva cumbre en París ha devuelto las esperanzas de un mundo ecológico y limpio. El pasado diciembre, París se visitó de verde para acoger la reunión de todos los mandamases del mundo, comprometidos, entre  otras cosas, a reducir el incremento de temperatura de los actuales dos grados anuales.

Pero la verdadera cuestión es si estos acuerdos se transformarán en cielos más azules y estaciones definidas, en las que, aquí al menos, haga frío en invierno y calor en verano.

En primer lugar, es incomprensible que hayan intentado pactar la llegada a una utopía ecológica en un periodo de tiempo demasiado breve, pues, por ejemplo, uno de sus acuerdos ha sido que los países desarrollados se comprometerán a financiar a los más subdesarrolados, cuando es obvio que aquellos explotan y pagan miserias por la mano de obra de países africanos, asiáticos y suramericanos. ¿No suena un tanto paradójico?

Además, y en la misma línea, otra de las condiciones pactadas ha sido que recompensarán a todos aquellos países que sufran daños (esencialmente económicos) debido a las decisiones tomadas en esta cumbre. Ahora bien, nos  es absolumente indiferente, no solo no recompensar, sino ni siquiera sanar los daños que sufren numerosos países, bien sea por desastres naturales o políticos, ni dar solución a las pésimas condiciones de vida y laborales de numerosos países subdesarrollados. Entiendo que estas medidas no tienen relación directa con el medio ambiente; sin embargo creo que el objetivo de esta cumbre es mejorar el mundo en el que vivimos, y ¿qué sería del mundo  sin las personas que lo componen?  O aún peor: ¿qué sería de un mundo en el que solo se actúa con una aparente caridad para ayudar únicamente a quien nos interesa?

Sin embargo, un verdadero esfuerzo por cumplir las ideas pactadas en esta cumbre es el inicio del cambio que necesita este planeta. Por ejemplo, la creación de inventarios para gestionar el consumo de cada entidad industrial en un país, es una medida inmejorable para controlar su consumo y así frenar cualquier posible exceso desde sus inicios.

Para concluir, considero que la mejor medida de prevención, que debería ser obligatoria, es la concienciación sobre la naturaleza y el medio ambiente en la educación infantil, ya que al observar, conocer y amar la belleza de la tierra se les hará más difícil destruirla.

Porque, entre tantas cumbres, ¿lograremos de algún otro modo llegar a la cima?

Olatz Saenz de Argandoña 2º Bachillerato A


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Colgados




Es inevitable ver cómo paulatinamente, la pirámide generacional de nuestra especie va tomando una forma inversa. Hoy en día, y a causa de la crisis económica, que poco a poco se está transformando en una crisis social, la tasa de natalidad es baja y los avances en ámbitos como la medicina o el ascendente nivel de vida ocasiona que se den menos muertes. De esta manera, el mundo cuenta con un cada vez mayor número de personas mayores. Pero, ¿cómo responde nuestra sociedad ante este “over-booking” de personas longevas?

Desgraciadamente, cada vez son más las noticias que aparecen en los medios de comunicación notificando casos sobre vulneración de los derechos de las personas mayores. Suena irónico, pues durante el transcurso de toda nuestra historia, en todas y en cada una de las abundantes y heterogéneas civilizaciones que han caminado sobre la faz la tierra, se ha tenido un gran respeto a la figura del “mayor”, esa figura sabia, protectora y experimentada que sabía dar respuesta a todos los problemas de la tribu, del feudo o del barrio. No obstante, el incierto e inquietante caminar de nuestra sociedad, que bien puede recordar a los torpes pasos del ebrio que anuncian su inevitable batacazo, hace que estos ancianos se sientan descolocados con tanto cambio, además de solos y poco escuchados entre tanto alboroto.

Por otro lado, y siendo consciente del peligro que supone generalizar, estoy seguro de que cada caso y sus circunstancias son diferentes a otros. Seguramente habrá personas que tengan que ingresar a sus mayores en un asilo, dado que no tienen otra opción, pero sin embargo hay personas por pura vagancia o despreocupación dejan de visitar a los abuelos enfermos o simplemente los aparcan en una residencia de ancianos, ingresándolos en esa especie de “microsociedad” con el aparente objetivo de que no estorben en la nuestra. Es, sin lugar a dudas, demencial y desagradecida la manera en la que estamos tratando a nuestros veteranos, que se han partido la espalda trabajando y luchando por una sociedad más justa para que nosotros, sus hijos y nietos, tengamos una mejor vida. Esto demuestra el total egoísmo en el que nuestra sociedad capitalista nos está educando, que no nos deja ver las necesidades más allá del cuello de nuestra camisa y que se basa en la satisfacción de las necesidades mediante el consumo rápido e inmediato, que nos ciega la vista a largo plazo. Cabe también denunciar, la incompetencia del gobierno actual ante esta situación de marginación de los ancianos, por proporcionar ayudas económicas que rozan lo ridículo y por la carencia de un plan de medidas consistente contra este problema.

Para finalizar, me gustaría añadir, que debemos cambiar nuestra actitud y ser un poco más solidarios y empáticos con nuestros mayores a los que debemos la vida, pues sin su sabiduría, conocimiento y memoria histórica, quizá seamos nosotros los que en un futuro nos quedemos colgados.

                                                                            Jon Salvador 2ºBachillerato E