martes, 9 de febrero de 2016

El fin del principio y el principio del fin






Todo empieza con un final. El hielo al derretirse significa el comienzo del calor y el despertar de una estrella indica el inicio de la luz. Somos capaces de cerrar muy rápidamente un libro, pero es aún mejor empezar uno nuevo. Tropezar y caer es muy sencillo, siendo levantarse lo complicado. 


Generalmente, despedirse de algo para siempre no es fácil. Sin embargo, es algo más llevadero al pensar de la siguiente manera: siempre que cierras abres, siempre que borras corriges, siempre que das recibes, siempre que pierdes ganas, siempre que finalizas, simplemente comienzas. 

Una de las cosas que más me gustan de este mundo son los comienzos. La incertidumbre de no saber lo que nos deparará el día a día, las nuevas cosas que aprenderé y las nuevas amistades que crearé. Adoro, de todas las formas posibles de adorar, las diferentes sensaciones que me produce descubrir lo no conocido. Básicamente por no saber ni cómo, ni cuándo, ni por qué ocurrirá. 

Me gustan también por experimentar ese inexplicable cosquilleo que se me forma en el estómago, mezclado con el ansia de conocer un poquito más del mundo. Porque la vida nunca deja de sorprendernos ni de obsequiarnos con nuevos regalos. Pero, sobre todo, me gustan porque los comienzos son los momentos en los que un final parece imposible.

                                                                                              Ainara Garmendia 1ºBach.B