
Creo que la respuesta es de las
más fáciles que he podido dar nunca: la ignorancia. En aquella época en la que
los pueblos alemanes e italianos estaban completamente humillados, en la que
los rusos veían un rayo de luz al final del túnel con el comunismo, en la que
España estaba completamente dividida, los ciudadanos no se preocupaban ni un
instante de observar la forma de actuar de sus gobiernos, el fin justificaba
los medios. Los disparos acallaban las palabras, el diálogo quedaba sumido bajo
una violencia extrema. A las personas parecía no importarles el holocausto, las
bombas atómicas; aquel falso patriotismo lo justificaba todo, era la razón por
la que las personas estaban completamente ciegas, ciegas de sentimientos, de
empatía, de mano izquierda.
Era muy bonita la historia que querían
escuchar. Hitler elevaría a lo más alto la raza aria que estaba siendo
corrompida, Musolinni conseguiría recuperar aquel glorioso reino que Julio César
conquistó bajo el “Veni, Vidi, Vici”, Franco traería la unidad, y Stalin daría
al pueblo el poder que tanto ansiaba. Todo esto, en un contexto de una absoluta
falta de valores, en la que las personas se aferraban al primer rayo de
esperanza que veían. Como ya he dicho antes, esa ansia de bienestar de la
población impedía ver la brutal represión con la que las protestas eran
respondidas, impedía ver que podía existir más de una respuesta válida para una
misma pregunta.
Hoy en día, una vez abiertos los
ojos, una vez abandonada la ignorancia, ya nos hemos dado cuenta de lo que esas
“personas” supusieron para la raza humana. Por ello, me parece esencial que las
sucesivas generaciones sean informadas de lo que estos dictadores hicieron,
para que no se queden en alguna frase patriótica o idealista que en algún
momento pronunciaron, para que sean capaces de llegar a lo más profundo de lo
que proponían, y sepan valorar, aunque sea penosa, la democracia en la que
vivimos. Ya que, como alguien dijo una vez: “los pueblos que olvidan su
historia están condenados a repetirla”.
Ion Elustondo, 2º
Bachillerato D