jueves, 14 de enero de 2016

La aventura y la vida


Siempre he pensado que, si hay algo peligroso para la personas, es sentirse atrapado en la rutina. Despertare cada día y sentirte igual, ver tu vida pasar sin sorpresas...¿No te suena familiar?

En mi opinión los deportes de riesgo sirven para romper esa monotonía, porque tirarse de un puente no es precisamente el pan de cada día. Ese sudor frío que te recorre todo el cuerpo como un calambre, ese subidón de adrenalina y esa satisfacción personal de saber que lo has logrado; todas y cada una de esas sensaciones merecen ser vividas por todos al menos una vez.

Otra gran ventaja que le veo a la práctica de estos deportes es que, al realizarse al aire libre, te permiten estar en contacto con la naturaleza. Aunque esto es aplicable a la mayoría de los deportes, los de riesgo no suelen precisar de grandes estadios o instalaciones y por ello, se hacen en lugares más bien alejados de las ciudades. Además hay una gran comunidad de personas que comparten esta afición y es habitual en ellos organizar viajes conjuntos a lugares exóticos y maravillosos, que de otra manera no conocerías.

El motivo por el que la mayoría no se aventuran a probar deportes de riego es por miedo a los accidentes. Ante esto solo puedo aconsejar precaución y prudencia. Si vas a empezar a practicar cualquier deporte tienes que asegurarte de tener un buen material y de realizarlo con ayuda profesional, y sobre todo, realizarlo progresivamente. Esto último lo sé por experiencia, ya que cuando tenía siete años, a los cinco días de empezar a esquiar me creía toda una profesional y me tiré por una pista que no era de mi nivel; el resultado fue penoso: me choqué contra una valla y me llevaron al hospital.

Si actúas con cabeza y cautela, la mayoría de los deportes que llaman extremos no son más peligrosos que muchas de nuestras acciones cotidianas. Un ejemplo de esto es el paracaidismo, que numerosos estudios afirman ser más seguro que caerse de una escalera: una de cada 75.000 personas que se tiran con un paracaídas mueren, mientras que una de cada 20.000 lo hacen por caerse de una escalera.

Para finalizar me gustaría enfatizar el hecho de que practicar cualquiera de estos deportes debe ser tu elección. Si te metes en cualquiera de estas aventuras solo por encajar o porque algún conocido te incita a ello, puede que en el momento de la verdad seas presa del pánico y no sepas reaccionar, lo cual es el motivo principal de los accidentes. En el caso de que sea un deporte que te han advertido que no realices o es en un lugar peligroso , ten en cuenta que es tu responsabilidad y no culpes a otra persona de tus acciones. Si vas a tirarte desde un helicóptero sin paracaídas y solo con un traje para planear, no digas que no te advirtieron cuando te pegues la torta de tu vida.

En resumen, yo os animo a salir de vuestra zona de confort y experimentar estas aventuras, porque los momentos únicos son los que se recuerdan toda la vida. Esos momentos que nos hacen sentir vivos.

Paula Ampudia, 2º Bachillerato D