martes, 26 de enero de 2016

Recuerdos




María se despertó muy pronto. Era otro día, todo era nuevo para ella (nueva ciudad, nuevo piso...).

Salió a la calle porque le apetecía desayunar fuera de casa; entonces, entró en una cafetería. Observó que, antes de haber pedido la carta, la sonriente camarera le trajo el desayuno que tanto le gustaba. ¿Cómo pudo acertar?

Al finalizar, abandonó el establecimiento, y decidió ir a dar una vuelta para conocer mejor esa preciosa ciudad. Fue aquí cuando María se quedó realmente sorprendida por el nivel de simpatía de aquellos ciudadanos; ya que la mayoría le saludaban, y unos pocos se pararon a hablar con ella (los cuales ya sabían su nombre). Amablemente, la invitaron a comer, y ella accedió. Desde ese momento, María quiso permanecer en aquella ciudad para siempre; ya que todo le parecía maravilloso.

Las horas pasaban, ya la noche llegó sin que se dieran cuenta; por ello, acompañaron a la señora a casa. Fue entonces, cuando al entrar al piso, María vio una sombra en su interior. El hombre se acercó hasta ella, y le tendió un bote de pastillas mientras le decía: "te he echado de menos cariño". En la etiqueta del bote se podía leer "Arizept" . Eran las pastillas para su alzheimer.

Teresa Idiáquez. 1ª Bachillerato C